miércoles, 26 de abril de 2023

PROBLEMAS ÉTICOS DE LA ERA DIGITAL

En el siglo XIX, la Revolución Industrial marcó el devenir del hombre entendido como entidad social y cultural. Así, la implementación de nuevas tecnologías se está manifestando, dando lugar a lo que actualmente conocemos como sociedad de la información o del conocimiento (Franco, 2005 p.93).

 

La primera referencia a la inteligencia artificial la tenemos del cine donde presenta que las maquinas podrán superar al ser humano. Películas de ciencia ficción

 

La IA es una rama de la informática que se encarga de crear sistemas y programas que son capaces de  imitar la inteligencia humana para realizar tareas, y que pueden mejorar conforme recopilan información.

 

La historia de la inteligencia artificial se remonta a los primeros días de la informática cuando los investigadores comenzaron a explorar la posibilidad de crear máquinas que pudieran pensar como seres humanos. Una de las primeras y más influyentes figuras de la investigación fue Alan Turing quien propuso la prueba que lleva su nombre como una forma de considerar que una maquina podría ser inteligente.

 

El término inteligencia artificial fue utilizado por primera vez en la conferencia dictada por John McCarthy en 1956.  Donde comenzó a tomar forma como campo de estudio.  Uno de los primeros hitos de la IA fue la Deep Blue, una supercomputadora desarrollada por IBM para jugar al ajedrez. Fue la primera que venció a un campeón del mundo vigente, Garry Kaspárov, con un ritmo de juego lento. Esto ocurrió el 10 de febrero de 1996, ​ en una memorable partida.

 

Desde ese entonces la IA ha logrado un progreso significativo, los sistemas de IA se utilizan en una amplia gama de aplicaciones desde motores de búsqueda de Web hasta automóviles autónomos, sistemas de búsqueda de motores utilizados por las redes sociales o los servicios de streaming de video como Netflix y Prime Video, etc. Comprensión del habla humana como Siri, Google Assistant o Alexa. Generadores creativos como Chat GPT, hasta software de reconocimiento facial; sin embargo, todavía hay muchos debates sobre el futuro de la IA y los problemas éticos que podrían surgir.

 

Algunos de los expertos creen que la IA, eventualmente superará la inteligencia humana, mientras otros estiman que la inteligencia humana siempre estará limitada por la dependencia de datos creados por seres humanos.

 

Desde hace algún tiempo la industria de la tecnología ha estado atravesando por una situación difícil como el colapso del Silicon Valley Bank y escándalos en la industria de la criptomonedas. No obstante, a principio del año la empresa Microsoft y el laboratorio de investigación OpenAI con una inversión de 10 mil millones de dólares dieron a conocer una nueva alianza en la que el motor de búsqueda Bing integraría la última generación de la inteligencia artificial Chat GPT-4, un sistema que es capaz de responder preguntas, generar imágenes, generar textos y crear cuentos.

 

La IA generativa como el Chat GPT-4 podrá aplicarse en todas las áreas, en la medicina para elaborar diagnósticos, en el derecho para redactar contratos y en las empresas para generar manuales, en la educación mejorará la dinámica entre alumno y profesor, teniendo un valor disruptivo.

 

Google ha sentido la presión de esta nueva tecnología y ha respondido rápidamente con el lanzamiento de Bard su chatbot de IA. Tanto Bing como Bard cometen errores, pero las empresas alegan que están en pruebas ignorando esta señal de alarma.

 

Además de la batalla comercial de los chatbot ha habido crítica con relación al chat GPT por ejemplo las universidades han expresado dudas sobre la herramienta para detectar plagios impulsados por la IA, en Italia se ha suspendido temporalmente el uso del chat GPT por problemas de privacidad en el uso de los datos, en China se ha bloqueado el uso de los chatbot de USA.

 

Hay quienes alegan que la brecha entre ricos y pobres se amplía, si la tecnología está en pocas manos dando lugar a una colonización digital o como refiere el filósofo francés Sadin (2020), el fenómeno de la silicolonización.

 

Bill Gates (2023), sostiene que el desarrollo de la inteligencia artificial ha comenzado y es tan fundamental como el celular, que cambiará la forma como las personas conviven agrupando industrias enteras alrededor de éste. Reconoce que hay riesgos y problemas con esta tecnología aludiendo a que algunas veces no comprende el contexto de solicitudes, que da respuestas erradas ante problemas matemáticos, que no tiene sentido de lo abstracto y la posibilidad de que se salga de control. Ante esto último consideró que no hay motivo de preocupación a corto plazo, pues en la actualidad no existe IA tan fuerte.

 

Por otra parte, un grupo de académicos e investigadores hicieron un llamado, a través de una carta a todos los laboratorios de IA para que pausaran durante seis meses el desarrollo de nuevos sistemas de IA. Esto así para desarrollar e implementar protocolos de seguridad compartidos para que los diseños de seguridad avanzados en IA sean rigurosamente auditados por entes externos independientes.

 

Esa carta está firmada por figuras como Elon musk, Steve Wozniak, Yuval Harari, entre otras personalidades.

 

La Inteligencia artificial implicará desplazamiento laboral especialmente aquellos trabajos manuales y repetitivos, implicará pérdida de privacidad, ya que puede ser utiliza para recuperar grandes cantidades de datos personales, lo que obliga a su regularización y control. De no ser así podría utilizarse para manipular la información, lo que tendría consecuencias negativas para la sociedad en general como el caso de las fotos publicadas de la masacre en Ucrania que no se saben si son o no verdaderas.

 

También pueden ser utilizadas en aplicaciones militares como la automatización de drones y otros sistemas que plantean preocupaciones éticas y de seguridad en este contexto y su papel en la escalada de conflictos. Un nuevo factor geopolítico surge con la rivalidad entre USA y China por el control de la IA.

 

Esto plantea la necesidad de estrategias de regulación para garantizar la soberanía digital.

 

Finalmente deberíamos tratar de encontrar un equilibrio entre los temores relacionados con los problemas éticos de la Inteligencia Artificial, que son comprensibles y válidos, y su capacidad para mejorar la vida de las personas.