jueves, 22 de febrero de 2024

 

SILICOLONIZACIÓN Y LA POSVERDAD DIGITAL

Según Bauman (2007), el desafío de este siglo no radica únicamente en los problemas que enfrentamos, ni en la incertidumbre o los dilemas éticos y científicos, la verdadera dificultad reside en la ausencia de un marco conceptual para abordar la complejidad de la época. La magnitud de esta complejidad ha desorientado a las personas, privándolas de una brújula para comprender fenómenos extremadamente intrincados, como los que caracterizan al siglo XXI.

¿Por qué es complejo este siglo? Porque experimentamos un momento de poder planetario, tecnológico y económico sin precedentes en la historia, todos convergiendo simultáneamente. Lo que denominamos “ser” se ha lanzado a la existencia en condiciones sumamente complejas, especialmente en el ámbito tecnológico, donde factores y elementos confluyen de manera abrumadora para la comprensión humana.

En su obra Postmodernidad y Comunidad, Prieto (1992) aborda la “nueva alfabetización del mundo”, destacando la actual post-alfabetización de la vida. Durante 30,000 años, los seres humanos pensaron de manera similar, hasta que una disrupción tecnológica transformó la forma en que concebimos el pensamiento. Habermas (1994), afirma que estamos presenciando una mutación en las realidades humanas, marcando un cambio significativo en la forma de pensar.

Santos (2009) sostiene que estamos inmersos en una nueva ecología del conocimiento, donde se configura un paisaje intelectual y un pensamiento racional diferente. Por su parte Marx, al hablar de la creatividad y la transformación interminable del conocimiento, no sólo en la producción y la cultura, sino también en el espíritu capitalista, señala la relevancia de este cambio de paradigma (Altvater & Borón, 2006).

En el presente, esta posibilidad de razonar (o, si se prefiere, de emitir juicios) y la libertad para ejercer esta facultad sin restricciones ni condicionamientos, se ve cada vez más obstruida y amenazada por la diseminación global de un modelo de existencia gestado y aplicado por el tecnoliberalismo.

El principal objetivo de este sistema consiste en imponer un paradigma de vida que dé origen a una nueva forma de civilización, donde el uso masivo de la inteligencia artificial y la organización algorítmica de las interacciones humanas generen, y de hecho ya lo están haciendo en diversos ámbitos, sociedades cada vez más automatizadas. Estas sociedades se tornan maleables a los influjos y al control de los centros de poder del capitalismo, mostrándose menos resistentes a la adopción de conductas promovidas por aquellos que ven en la sumisión ciudadana una fuente de lucro para algunos de sus negocios multimillonarios.

A este fenómeno lo denomina el filósofo francés Sadin (2020) la “silicolonización del mundo”, porque responde a la estrategia elaborada por las más importantes empresas radicadas en Silicon Valley que pretenden imponer su cosmovisión ideológica al resto del globo.

Foucault (1975), con su profunda indagación sobre el poder y el conocimiento proporciona una lente valiosa para examinar cómo la silicolonización afecta nuestra capacidad de discernir la verdad. Éste argumenta que el conocimiento está intrínsecamente vinculado al poder y que las instituciones tienen la facultad de moldear la percepción de la verdad mediante la regulación de la información.

La silicolonización, especialmente a través de la personalización algorítmica, se presenta como un claro mecanismo de poder en la era digital funcionando como un filtro entre la vasta cantidad de información disponible, este proceso moldea la narrativa informativa que llega a los individuos. Los algoritmos, diseñados para anticipar y adaptarse a nuestras preferencias actúan como agentes de regulación que no sólo ofrecen contenidos afines a nuestros gustos, sino que también inciden en nuestra percepción de la verdad.

En el análisis foucaultiano de la regulación del poder, se puede afirmar que la silicolonización no se limita a satisfacer nuestras preferencias informativas; va más allá al ejercer un control sutil sobre nuestra interpretación de la verdad. Este control se manifiesta en la selección cuidadosa de la información presentada, moldeando así la percepción colectiva y, en última instancia, consolidando el poder de quienes diseñan y controlan estos algoritmos.

La posverdad digital caracterizada por la prevalencia de opiniones y emociones sobre hechos objetivos, sugiere que la realidad misma está siendo moldeada según nuestras preferencias. Baudrillard (1970), postula que vivimos en una sociedad donde las representaciones de la realidad han reemplazado a la realidad misma. En “la Sociedad de Consumo” Baudrillard señala cómo la realidad contemporánea se ha vuelto híper real, donde las imágenes y representaciones desplazan la realidad tangible.

Por su parte Nietzsche (1885), con su perspectiva perspectivista, ofrece una contribución valiosa para abordar los desafíos filosóficos planteados por la silicolonización y la posverdad digital. Nietzsche propone que la verdad es siempre subjetiva y depende de la perspectiva desde la cual se observa. En “Así habló Zaratustra” presenta la idea de que la verdad es un ejército móvil de metáforas, esta metáfora sugiere que la verdad es una construcción fluida y cambiante, dependiente de la interpretación subjetiva. Aplicando esta noción a la silicolonización, podríamos argumentar que la información personalizada crea ejércitos móviles de interpretaciones que varían según las perspectivas individuales. No es que la verdad sea inexistente, sino que es fluida y dependiente de la interpretación subjetiva.

Borgmann (1984), conocido por su trabajo en ética aplicada a la tecnología, ofrece un marco ético para examinar la influencia de la silicolonización en la percepción de la verdad. Éste propone la idea de dispositivos focales, que son tecnologías que permiten experiencias significativas y no mediadas. En “La tecnología y el carácter de la vida contemporánea” destaca cómo ciertas tecnologías pueden alienarnos de experiencias significativas por lo que podríamos argumentar que la sobrepersonalización digital perturba nuestra conexión con la verdad objetiva.

Ihde (1990), propone una reflexión profunda al reconocer que la relación entre la tecnología digital y la verdad no es unilateral; no sólo estamos consumiendo información, sino que también estamos siendo moldeados por las tecnologías que la presentan. Una conciencia crítica permite una adaptación más informada y reflexiva a este nuevo panorama, donde las tecnologías digitales juegan un papel crucial en la formación de nuestras creencias y comprensión del mundo. Tal y como diría Parménides, pensar el acontecimiento es la vía única hacia la verdad (Hirschberger, 1965). Por tanto, tomando como base a los presocráticos para los cuales lo más importante no eran las respuestas que daban, sino las preguntas que se hacían; les invito a dudar, a cuestionarse, a estar atentos a lo que está pasando para luchar por el interés que tiene el poder para idiotizarnos.

 

Bibliografía

Altvater, E., & Borón, A. (2006). La teoría marxista hoy. Problemas y perspectivas.

Baudrillard, J. (1970). La sociedad de consumo. Siglo XXI.

Bauman, Z. (2007) Miedo líquido. La sociedad contemporánea y sus temores, Paidos, Barcelona.

Borgmann, A. (1984). Technology and the character of contemporary life: A philosophical inquiry. University of Chicago Press.

Foucault, M. (1975). Vigilar y Castigar: Nacimiento de la prisión. Siglo XXI.

Habermas, J. (1994). Teoría de la acción comunicativa: complementos y estudios previos. Madri: Cátedra. Teorema: International Journal of Philosophy.

Ihde, D. (1990). Technology and the Lifeworld: From Garden to Earth. Indiana University Press.

Nietzsche, F. (1885). Así habló Zaratustra. Alianza Editorial.

Pietro, B. (1992). Postmodernidad y comunidad. El regreso de la vinculación social. Madrid, Editorial Trotta, citado en Juan Pablo Palladino, “La ciudad: entre la reivindicación del espacio público y la privatización de la vida”, Revista Teina.

Sadin, E. (2019). La silicolonización del mundo. La irresistible expansión del liberalismo digital. Revista Iberoamericana de Ciencia, Tecnología y Sociedad-CTS14(42), 203-208.

Santos, B., de Sousa (2009), Una epistemología desde el Sur, México: CLACSO y Siglo XXI.

Hirschberger, J., (1965). História de la filosofía: Tomo I antigüedad, edad media y renacimiento. Segunda edición. Barcelona: Editorial Herder.

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