Las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC)
están llamadas a facilitarnos la vida, pero también pueden complicárnosla. En
algunas circunstancias, que afectan sobre todo a adolescentes, Internet y los
recursos tecnológicos pueden convertirse en un fin y no en un medio. Si hay una
obsesión enfermiza por adquirir la última novedad tecnológica (por ejemplo, en
móviles o en soportes de música) o las TIC se transforman en el instrumento
prioritario de placer, el ansia por estar a la última puede enmascarar
necesidades más poderosas. Asimismo las redes sociales pueden atrapar en
algunos casos a un adolescente porque el mundo virtual contribuye a crear en él
una falsa identidad y a distanciarle (pérdida de contacto personal) o a
distorsionar el mundo real (Becoña, 2006).
Adquirir una férrea madures de la voluntad es tarea de todos
para poder dominar nuestra mente y nuestro espíritu.
Las adicciones no se limitan exclusivamente a las conductas
problemáticas generadas por algunas sustancias químicas, como los opiáceos, los
estimulantes, los ansiolíticos, la nicotina o el alcohol. Lo cierto es que de conductas normales -incluso saludables-,
como jugar, comer o utilizar el ordenador, se pueden hacer usos anormales en
función de la intensidad, de la frecuencia o de la cantidad de dinero invertida
y, en último término, en función del grado de interferencia negativa en las
relaciones familiares, sociales y laborales de las personas implicadas
(Echeburúa y Corral, 1994).
Lo que quiere decir que debemos de estar atentos porque
cualquiera que tenga una inclinación desmedida o sea dependiente de algún
instrumento de las TIC, puede converger en una adicción.
Este articulo es my cierto, estamos viviendo en un tiempo en donde la tecnología se ha vuelto parte de nuestra vida diaria; es decir, se involucra diariamente en nuestras actividades al punto de volverse una adicción si no la usamos sabiamente.
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